“El machismo no debe existir” dijo el Premier Del Solar en el Congreso. Saludó la ratificación del enfoque de género en el currículo nacional y anunció la aprobación de la Política Nacional de Género (PNG). Esta política rige para todos los sectores, incluido educación.
Es mandato legal no solo asegurar igual acceso y oportunidades para las mujeres en las escuelas, institutos y universidades. También lo es garantizar una enseñanza de la igualdad de género, así como escuelas sin patrones y estereotipos discriminatorios y libres de violencia contra las mujeres.
La PNG afirma que “El sistema educativo continúa reproduciendo modelos de feminidad asociados a lo doméstico, delicado, frágil y sumiso, así como una masculinidad vinculada a la virilidad, la autoridad y la fuerza. A los hombres se les educa para manejar el poder, mientras que las mujeres son instruidas para que reproduzcan el rol maternal y doméstico en las distintas actividades que desarrollen”.
Señala que hay un vínculo entre la educación machista y la violencia contra la mujer, que termina naturalizándola. Ilustra esto con cifras: 44% de la población está de acuerdo con que las mujeres que descuidan a sus hijos merecen ser castigadas por su pareja y 39% piensa que la mujer infiel también lo merece.
La PNG propone un Objetivo específico para cambiar la cultura: “Reducir la incidencia de los patrones socioculturales discriminatorios en la población” (Ob.6). Para concretarlo ordena medidas como: desarrollar contenidos educativos específicos y fortalecer capacidades en igualdad de género en la educación básica; difundir conocimientos sobre los patrones discriminatorios contra las mujeres; e implementar la educación sexual integral.
De hoy en adelante los docentes deberán ser formados en un enfoque no sexista. Ellos y las familias serán capacitados en sexualidad desde un enfoque de igualdad de género y de derechos humanos.
Las metas también se diversifican. Más allá de la matrícula paritaria por sexo, ahora se plantea para el 2030 reducir a 37% la tolerancia hacia la violencia y a 7,2% el embarazo adolescente (hoy de 55% y 13,4% respectivamente).
Niñas que estudien sin violencia ni sumisión podrán realizarse y empoderarse. Por ello otras metas de la PNP son 40% de congresistas mujeres y paridad de ingresos y salarios de hombres y mujeres.
Toca ahora que el Estado le ponga fuerza y voluntad para concretar y asegurar este importante avance, y que desde la sociedad vigilemos su cumplimiento.
Fuente: http://diariouno.pe/
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